MIS LIBROS ... LOS LIBROS...

¡Cómo cambian los libros!…

Cambian ellos, ya ni tienen páginas, se hacen etéreos, se llenan de colores, de tipografías diferentes, de links en lugar de notas al pie…

¡Cómo cambian los libros!

Nos cambian a nosotros, se vuelven carne, se hacen trozos de ti… Ocupan lugar y pesan en tus estanterías en tu mente, en tu alma. Cuando la gente muere, los que quedan tiran sus libros. Es como tirar su alma. Deberían enterrarse junto con el lector, porque lo han formado, le han dado el alma, los rasgos, la cara… Le han ayudado a ser como es o a dejar de ser como era…

Entonces… Ante un hecho tan torbellinesco como es un libro: ¿cómo es que me he decidido a escribirlos yo?

No creáis que no es difícil: cuesta mucho. La primera página en blanco es terrible, y la página 18 sin ideas, peor aún. Pero luego, él mismo va tomando forma, tu forma, te conforma y se hace tu. Es él que se escribe y tu asistes como sonámbulo a ese nacimiento. A lo sumo, te ordena buscar cosas, nombre, hechos, leer y enterarte, estudiar algo… pero tú trabajas sólo para él. Y tú, lo que es realmente tu “tú”, obedece. Es así que ellos comenzaron a escribirme como autor.

Mi primer libro fue de filosofía-humor, si podemos decir. Me divertí mucho escribiéndolo y me rio cada vez que lo releo… Debería enviárselo a la Reina Letizia, a ver qué dice. Se llamó “El Hombre que decidió volverse Inteñigente” y está dedicado con mucho amor…

Para todos aquellos que, pese a las dificultades para ser instruidos,

decidieron pensar por sí mismos.

Son muchos. Llegaron a sabidurías,

quizás imperfectas, pero llenas de vida.

Son muchos. En cada pueblo hay un filósofo

lleno de sabidurías parciales y entusiastas.

Y con la cantidad de grandes estudiosos equivocados

que ruedan por el mundo, sinceramente… los prefiero.

–        Luego, caí en la novela-novela. Pero, al igual que el primer libro, ésta está traspuada (hermosa palabra catalana que pierde toda su belleza al traducirla: “exudada”…)decía que está traspuada de valores, de ideas, de preguntas a la ética del lector que, mientras va leyendo, acaba convirtiéndose en cómplice emocional del personaje central (…¿malvado? …¿asesino?…¿publicista?) que es el que da título al libro: “El Publicista”. Hay pasión, temor, valentía, enfrentamiento, inteligencia, un canto al emprendedurismo  (ver RAE) y un llanto por aquello en que te están convirtiendo. Hubo un par de propuestas tímidas para llevarla al cine.

–        Surgirán más, y más serias.

–        Este tercero es el más bonito, para mí: Siempre me asombró el Bosco. Desde mis 14 años lo fui siguiendo, porque no podía concebir una cosmovisión tan completa y certera y asombrosa y surrealista y avanzada y llena de mensajes secretos… Y a falta de lupa y horas para pasarme en la Sala Bosco del Museo del Prado, la maravilla de internet y del zoom me permitieron ver lo hasta entonces quasi invisible. Y allí pude apreciar sus mensajes secretos: Algunas de sus criaturas quisieron confiármelos, y allí están, hechos historia.

–        Dediqué un año entero a documentarme, a embeberme de la época, de los valores y temores de sus personajes. Las historias brincan de un personaje al otro sin orden aparente, pero siguiendo la voz de Hieronymus Bosch, que suave pero potentemente, nos pasea por su caos lleno de lógica. Amo a Hieronymus Bosch, llamado el Bosco, su valor, su atrevimiento. Todo está presente en estas increíbles historias.